ENTREVISTA CON EL DIRECTOR GENERAL MARINA MERCANTE

ENTREVISTA CON EL DIRECTOR GENERAL MARINA MERCANTE

«Quizás algunas decisiones tomadas en el Prestige no fueron

las más acertadas»

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Benito Núñez: «Quizás algunas decisiones tomadas en el Prestige no fueron las más acertadas»

El director de la Marina Mercante asegura que, en una emergencia similar, primaría el criterio técnico frente al político

redacción / la voz

Benito Núñez Quintanilla (Albacete, 1976) representa el relevo generacional en la Administración marítima española. Ingeniero naval, empezó su carrera como inspector en la Capitanía de Burela. Desde el 2010 trabajó como asesor cualificado en Marina Mercante, departamento que ha pasado a dirigir tras el cambio de Gobierno. Un día antes de la entrevista tuvo que gestionar un accidente en Las Palmas de Gran Canaria en el que hubo riesgo para las personas.

-Como director de la Marina Mercante supongo que lo que más le preocupa es salvaguardar las vidas humanas en el mar…

-Por supuesto. Cada vez que tengo que tomar una decisión sobre un accidente lo primero por lo que tengo que velar es por eso. Y cuando ya veo que no hay vidas humanas en riesgo, lo siguiente es la contaminación marina.

-En el Prestige el salvamento de la tripulación fue modélico.

-En esa operación y en muchísimas otras. Tenemos un servicio de salvamento de primer nivel mundial. Ya hemos recibido tres premios internacionales y desde fuera vienen a interesarse por nuestra forma de trabajar.

-Fue después del Prestige cuando España se replanteó su modelo de salvamento, apostando por los medios públicos y no por los subcontratados. ¿Este es el modelo que debe tener España con tantos kilómetros de costa?

–El modelo se puede replantear, pero en esencia el que tenemos es el adecuado para nuestras necesidades. No solo tenemos una gran cantidad de kilómetros de costa, tenemos dos de los corredores marítimos más importantes del mundo, el del Estrecho y el de Fisterra. Son de las autovías marítimas más congestionadas del mundo. Es necesario tener tripulaciones entrenadas, y eso no te lo da estar pendiente de contratos de disponibilidad, que no digo que no puedan ser útiles y complementarios. Pero necesitamos tener este modelo para una respuesta inmediata. Se hizo un esfuerzo inversor muy importante, y cada año exige un nivel de gasto considerable, pero merece la pena.

-¿Es caro?

-Hay un refrán que dice que lo barato sale caro. Cuesta dinero, pero quizás saldría más caro no tenerlo. Tendríamos que gastar más en remediar muchas desgracias en nuestras costas.

-Cuando ocurrió lo del Prestige, los recursos públicos estaban bajo mínimos. ¿Está de acuerdo?

-En cierto modo, sí. Se había optado por un modelo con ciertas limitaciones que se pusieron de manifiesto en ese accidente. Se podrían haber dispuesto más medios con anterioridad y no se hizo. El ámbito político solo parecía reaccionar ante desgracias, algo que es una constante humana, incluso comprensible. Pero lo lógico sería no llegar a ese punto. El Prestige supuso un punto de inflexión, cambiando radicalmente la percepción con la que la Administración se enfrenta a estos problemas.

-¿Tiene algo que ver con que llevemos 16 años sin vertidos?

-Es verdad que en Galicia llevamos mucho tiempo sin una marea negra. Ya con el Erika la política europea se enfocó a reducir esos riesgos, y eso tuvo un efecto a nivel mundial. Los vertidos están casi a niveles anecdóticos, no solo en Galicia. España es desde hace más de diez años el país que más barcos extranjeros inspecciona dentro de los que forman parte del Memorando de París.

-El director del Fidac dice que el factor suerte es importante.

-Siempre es un factor que está presente, como en cualquier otra actividad humana. Hay que contar con que en cualquier momento podemos tener una desgracia, es lo malo de este puesto. Pero estamos más preparados y concienciados que antes. Ahora tenemos los medios que no teníamos y más experiencia. Y sobre todo un sistema de toma de decisiones funcional que prima el criterio técnico del director de la Marina Mercante.

-¿López Sors no tenía esa capacidad en el Prestige?

-Es una modificación que se hizo después. Igual podría haberlo hecho, pero no quiero ponerme en la piel de López Sors. No creo que sea justo juzgarlo.

-No siempre el director de la Marina Mercante es técnico.

-Pero tiene técnicos en los que apoyarse. La ley establece la independencia del criterio técnico en la toma de decisiones. Yo, por muy técnico que sea, no sé de todos los temas. Tengo que preguntar.

-Desde la periferia extraña que el centro de coordinación de salvamento esté en Madrid, tan tierra adentro. ¿No sería descentralizable?

-Es una cuestión más simbólica que práctica, una herencia del devenir histórico de la Administración española. Quizás si se tomara esta decisión ahora sería diferente. Si mañana trasladamos la Dirección de la Marina Mercante a A Coruña mis funcionarios lo van a apoyar. Hay un 80 % de origen gallego.

-Hay un nuevo protocolo, el Sistema Nacional de Respuesta y el Plan Marítimo Nacional. ¿Están asentados?

-Se han puesto en práctica. El Sistema Nacional de Respuesta engloba mucho más e implica a otras Administraciones… Pero el Plan Marítimo Nacional incluso se entrena. ¿Es mejorable? Sin duda. Tiene un nivel razonable de eficiencia, aunque mi opinión personal es que quizás abarca demasiado y es demasiado complejo en su estructura de organización.

-Con la perspectiva del paso de los años, ¿cómo valora la actuación de España en el Prestige?

-Los tribunales han fallado que no hay responsabilidad, que no hubo una actuación negligente. Eso no significa que no se pudiesen haber hecho mejor las cosas. Puede ser que no se pudieran haber hecho mejor las cosas. Mi percepción es que quizás algunas de las decisiones no fueron las más acertadas. Pero también es fácil decirlo ahora. No me gustaría estar en la tesitura de tener que afrontar aquellas decisiones en aquel momento.